Cuáles son las serpientes capaces de devorar a un ser humano

Un informe de National Geographic detalló qué condiciones hacen posible estos ataques y por qué no forman parte del comportamiento habitual

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El hallazgo de un hombre dentro de una serpiente en Indonesia reaviva el debate sobre la capacidad de estos reptiles para ingerir humanos (EFE/Jorge Torres)

La noticia de un hombre encontrado sin vida dentro del cuerpo de una serpiente en Indonesia recorrió el mundo a comienzos de julio. El caso, ampliamente difundido en medios y redes sociales, generó sorpresa y reactivó una inquietud infrecuente: ¿puede una serpiente realmente comerse a una persona?

El biólogo Lucas Simões, técnico en manejo de animales del Instituto Butantan, en São Paulo, explicó en diálogo con National Geographic qué especies están involucradas y qué condiciones hacen posible este tipo de eventos.

Especies capaces de ingerir grandes presas

En el reino animal, pocas serpientes pueden tragar un cuerpo humano. Las más reconocidas por esta capacidad son la pitón reticulada y la anaconda verde.

Ambas especies se caracterizan por su gran tamaño, fuerza muscular y una serie de adaptaciones fisiológicas que las convierten en depredadores altamente eficaces.

La anaconda verde habita en Sudamérica y se camufla bajo el agua gracias a la posición de sus ojos y orificios nasales (Fuente: Wikipedia)

Simões aclaró que existen registros verificados únicamente en el caso de la pitón reticulada. “Solo hay informes documentados y registrados, incluso con pruebas fotográficas y vídeos, de pitones reticuladas que han devorado seres humanos, especialmente en zonas rurales del sudeste asiático”, señaló.

Estos casos, explicó, se producen bajo circunstancias excepcionales, y no forman parte de un comportamiento habitual de la especie.

En el caso de la anaconda verde, que habita principalmente en Sudamérica, no se conocen ataques confirmados a personas. “Desde el punto de vista científico, es importante destacar que no hay registros verificados de ataques letales de anacondas a seres humanos, ni tampoco hay pruebas de que esta especie de serpiente tenga un comportamiento depredador dirigido a nuestra especie”, precisó el biólogo.

Dos gigantes adaptadas al camuflaje y la caza

La pitón reticulada no solo destaca por su capacidad para ingerir presas de gran tamaño: también es reconocida como la serpiente más larga del mundo. Algunos ejemplares superan los 9 metros de longitud y alcanzan los 270 kilogramos, según la base científica Animal Diversity Web de la Universidad de Michigan.

Esta especie habita en selvas tropicales, humedales y zonas montañosas del sudeste asiático y presenta una coloración amarilla con manchas marrones y líneas negras que favorecen su camuflaje en entornos naturales. Las hembras, de mayor tamaño que los machos, pueden llegar a medir más de 6 metros.

Solo la pitón reticulada cuenta con registros documentados de ataques letales a personas, según expertos y evidencia científica (Fuente: Wikipedia)

Por su parte, la anaconda verde es la serpiente más pesada del mundo, con un cuerpo que puede superar los 250 kilogramos y más de 30 centímetros de diámetro.

Vive en pantanos, ciénagas y arroyos de corriente lenta en las cuencas del Amazonas y el Orinoco, donde permanece sumergida para acechar a sus presas. Gracias a la posición elevada de sus ojos y orificios nasales, puede permanecer casi invisible bajo el agua, y es capaz de aguantar la respiración hasta diez minutos.

Cómo logran cazar y devorar animales tan grandes

A diferencia de las serpientes venenosas, tanto las anacondas como las pitones utilizan la constricción para matar a sus presas. Se trata de una técnica silenciosa pero letal.

Primero, capturan al animal con una rápida mordida. Luego, se enrollan con fuerza alrededor de su cuerpo y ejercen una presión progresiva.

Según explicó Simões, después del ataque, las serpientes enrollan rápidamente su cuerpo alrededor de la víctima y aplican una intensa fuerza muscular.

A diferencia de lo que suele creerse, la muerte del animal no se produce por asfixia, sino principalmente por colapso circulatorio, ya que la constricción interrumpe la circulación sanguínea, lo que provoca un paro cardíaco en pocos minutos.

Una vez que la presa queda inmovilizada, la serpiente inicia el proceso de ingestión. El especialista detalló que estos animales cuentan con huesos mandibulares bipartidos, lo que les permite abrir la boca de forma extremadamente amplia.

Además, señaló que presentan un espacio considerable entre las costillas, que son flexibles, y entre las vértebras, lo que facilita una dilatación significativa del cuerpo durante la deglución.

Los humanos no forman parte de su dieta

Las serpientes mencionadas se alimentan habitualmente de mamíferos, aves y reptiles. Entre sus presas naturales se incluyen carpinchos, caimanes, cerdos, terneros y otros animales de cuerpo robusto y gran volumen. Sin embargo, los humanos no forman parte de su dieta regular ni se comportan como presas habituales.

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