Bruselas defiende su soberanía frente a Trump

La Comisión se ha mostrado prudente a días del traspaso en la Casa Blanca y ha preferido no vaticinar futuros escenarios, pero ha recordado el «valor diplomático» de Groenlandia para Europa

MUNDIALESHoy
20241109091512_trump-efe_amp_w1200
Donald Trump

La Comisión Europea salió ayer en defensa de la soberanía de Groenlandia, pero intentando evitar un enfrentamiento directo con Donald Trump quien el próximo 20 de enero volverá a convertirse en presidente de EE UU. La portavoz del ejecutivo comunitario, Anitta Hipper ha asegurado que este territorio perteneciente a Dinamarca es un «valor diplomático clave para el bloque», pero ha preferido no vaticinar posibles escenarios. Este pasado martes, el magnate estadounidense no descartó hacerse con el control de territorio, al que considera «clave para la seguridad estadounidense» y recurrir a la coerción económica y militar si Dinamarca se sigue negando a su venta.

En los últimos días, Trump también ha hecho declaraciones semejantes sobre Canadá y el Canal de Panamá. Bruselas prefiere no elevar el tono, antes incluso de que Trump comience su mandato, y la máxima parece ser evitar el choque de trenes y seguir manteniendo los canales de comunicación abiertos. «Ha habido muchas amenazas que no se han materializado y no vemos la necesidad de ir más allá», ha asegurado la portavoz jefe Paula Pinho. En el año 2019, Trump ya esbozó la idea de hacerse con Groenlandia, a pesar de que primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, insiste en que este territorio no está a la venta y que elegir su futuro corresponde a sus habitantes, aunque está «abierta al diálogo» sobre cooperación en el Ártico.

«Vamos a rebajar la cuestión aquí. Hablamos de algo hipotético por parte de una administración que todavía no ha tomado posesión», ha señalado también el portavoz de comercio, Olof Gill, al ser preguntado sobre cuál será la reacción de la UE ante posibles represalias comerciales de Trump en este ámbito. Unos castigos, con los que por otra parte, el próximo presidente de EE UU lleva amenazando a los europeos desde hace meses, aunque no estén relacionados con Groenlandia.

A pesar de la prudencia en las respuestas, la Comisión Europea sí ha aclarado que Groenlandia queda protegida bajo el paraguas del artículo 42.7 de los Tratados europeos que consagra la defensa mutua de los Estados ante un ataque extranjero. Esta isla, la mayor del mundo, es un territorio autónomo dependiente de Dinamarca y rica en materias primas, sobre todo de las denominadas tierras raras, imprescindibles para el desarrollo de sectores clave del siglo XXI como las baterías de los coches eléctricos, las pantallas o los teléfonos móviles.

A pesar de la tibieza del Ejecutivo comunitario, otras voces sí elevan el tono. «Es evidente que la UE no permitiría que otras naciones del mundo atacaran sus fronteras soberanas, sean quienes sean», ha asegurado el ministro de exteriores francés, Jean-Noel Barrot. También el canciller alemán, Olaf Scholz, recordó ayer al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que la inviolabilidad de fronteras y el derecho internacional son vinculantes para todos, incluido Washington, después de que el republicano no descartara el uso de la presión militar para hacerse con el territorio danés de Groenlandia.

La isla, de tan solo 57.000 habitantes, no forma parte del territorio de Dinamarca, pero su estatus oficial es de nación constituyente dentro del Reino danés que incluye a Dinamarca, Groenlandia y la Islas Feroe. Groenlandia fue colonizada por lo vikingos en el siglo X. En 1261 pasó a formar parte del Reino de Noruega y en 1380 de la denominada Unión de Kalmar, la unificación de las tres coronas escandinavas (Suecia, Noruega y Dinamarca). Tras la disolución de este reino unificado, Dinamarca pasó a controlar esta isla como colonia hasta 1814 y no fue hasta 1953 cuando Copenhague pasó a formar parte del Reino de Dinamarca con un estatus denominado como Mancomunidad de la Corona. En 1979 Dinamarca le otorgó la autonomía y en 2008, tras una reforma del estatuto, la isla tiene todas las competencias políticas excepto Constitución, nacionalidad, Tribunal Supremo, defensa y seguridad, política monetaria y política exterior, aunque las autoridades groenlandesas deberán ser tenidas en cuenta en cuestiones internacionales que afecten a su territorio.

Además de su riqueza en materias primas que también incluye los hidrocarburos, el uranio y el oro, Groenlandia resulta esencial desde el punto de vista geopolítico ya que el control del Ártico supone acceder a una ruta marítima que conecta a China con los grandes puertos europeos y de ahí que la zona suponga un importante botín tanto para Washington como para Pekín.

Consciente de todo estos factores, la Unión Europea ha multiplicado sus inversiones en la isla y el año pasado abrió una oficina en Nuuk, la capital. Bruselas señala como prioridades de la cooperación con Groenlandia las «inversiones en el cuidado medioambiental y las cadenas de valor de materias primas críticas». El año pasado, Bruselas firmó dos acuerdos de cooperación centrados en la educación y la transición energética por valor de 94 millones de euros. Puede ser tan solo el principio de más pactos ya que Bruselas también firmó con Nuuk un memorándum de entendimiento para desarrollar cadenas de valor sostenibles de las materias primas.

Últimas noticias
Te puede interesar
40e85350-ce14-11ef-9fd6-0be88a764111.jpg

Cómo Jimmy Carter me mantuvo con vida en Irán

Redacción
MUNDIALESHoy

Rocky Sickmann era un Marine de los Estados Unidos de 22 años estacionado en la embajada de Estados Unidos en Teherán, Irán, cuando él y otros 51 estadounidenses fueron tomados como rehenes por los revolucionarios iraníes el 4 de noviembre de 1979.

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email